Conociendo (Cristian Scavotier)

JUEVES 19 DE ENERO - FRÍO - 5.30 PM

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Tic, tac, tic, tac... Mi mirada se encontraba fija en el reloj que colgaba en la pared de la sala y yo golpeaba con suavidad los dedos en la mesa, algo impaciente. Ya hacia un mes, aproximadamente, que había llegado a Inglaterra. La mudanza me había llevado dos semanas mas o menos y tratar con los vecinos... bueno, eso estaba pendiente todavía.
Me dirigí hacia la puerta de entrada y tome mi abrigo para así poder salir. Afuera hacia un frió glacial que podía llegar a entumecer las mejillas en solo pocos segundos.
-Buenos días- Me saludo el niño de la esquina. Siempre que me veía se alegraba y me obsequiaba cualquier adorno de masilla que este haciendo, era muy habilidoso haciendo aquello. Creo que de todos los Muggles con los que me eh topado él ha sido el que mejor me cayo.
Llegue a la calle Charing Cross Road e ingrese a "El Caldero Chorreante". La verdad es que aquel lugar dejaba mucho que desear. Tenia un aspecto sucio y los magos de allí no parecían ser muy amistosos.
Me acerque a la barra en busca de un trago. No bebía, pero hoy tenia ganas de hacer una pequeña excepción.
-¿Un whisky de fuego?- Me pregunto el camarero y yo algo ingenua afirme con solo un movimiento de cabeza. Me entrego la bebida una vez pagada y al voltearme, para así buscar un asiento vació, alguien me aprisiono con sus brazos contra la barra.
-¿Me permite el paso, por favor?- Le pregunte de la manera mas sutil. El hombre era bastante robusto y se notaba que estaba un poco pasado de copas.
Mi pedido pareció no ser escuchado, ya que el hombre solo se abalanzo hacia mi y yo en un ágil movimiento pude escurrirme lejos de su boca. Apresure mi andar entre la multitud de magos que se aproximaban hacia la barra y sin evitarlo choque con alguien.
-Lo...siento- Me disculpe apenada. Mis ojos se posaron en la persona que había chocado y mis nerviosismos crecieron de una manera inigualable. La mano que sujetaba la bebida poco a poco fue perdiendo fuerza y el vaso cayo al suelo partiéndose en pequeños cristales.
-¿Cris?- Musite aun algo sorprendida y confundida.
Parecía que todo a mi alrededor había perdido sentido hasta que un hechizo impacto a pocos metros de donde estábamos nosotros haciendo que varias cosas volaran por el lugar. Me voltee y el autor de tal suceso era el que minutos antes me habia aprisionado contra la barra.

Mi atención volvió a recaer en Cris olvidándome por completo del resto. Un nudo se formo en mi garganta y las ganas de abrazarlo se hicieron presente. Ya llevaba un buen tiempo sin verlo y la verdad es que jamas pude quitarlo de mi mente ni por un segundo.
"Un clavo quita a otro clavo" Una frase errónea mirándola desde cualquier punto de vista. Cris había sido mi gran amor y dudaba que alguien llegue a ocupar el lugar que el ocupo... y seguía ocupando.
Sentía que mi corazón iba a salir en cualquier momento de mi pecho. Jamas había creído volver a toparme con el, menos en un momento como éste.
-Yo... tú...- De mi boca solo salían palabras sin conexión. Me sentía inmersa en un mar de sentimientos. Había creído que en el tiempo que habíamos estado separados ya era tema resuelto, pero aun con solo mirarlo sentía como todo mi cuerpo temblaba sin parar.
Sin seguir pensando lo abrace. No me gustaba hacer ese tipo de escenas en público, pero realmente lo había echado de menos.
-Te extrañe...- Llegue a susurrarle en su oído antes de apartarme de el.
No sabia si llorar o sonreír. Mi felicidad, en este momento, era inexplicable.
Mordí mi labio inferior al recordar aquel día en que el partió. No hubo pelea, gritos... no hubo nada que me de señal para saber qué era lo que había hecho mal como para que el desapareciera de la forma en que lo hizo.
La vista se me nublo y antes de derramar una lagrima salí del lugar. Me dolía volver a verlo, pero no por tener algún rencor hacia el o algo así sino porque aun lo amaba y me dolía no poder estar con el.
Cruce la calle sin problemas, pero cuando llegue a la vereda resbale cayendo con brusquedad.
-¡Auch!- Exclame al ver que me había hecho un Esguince. Seguramente iba a tener problemas para poder regresar a casa, ya que cerca de Muggles era imposible poder hacer uso de la varita.

Aun que sus palabras sonaban frías, cosa que no me gustaba, sonreí. Se me hacia increíble que el me este hablando de esa manera, bueno, ya no estábamos juntos y estaba en todo su derecho.
Suspire hondo para evitar dejar salir una exclamación de dolor cuando me levanto, ya que mi tobillo me dolía demasiado.
Al quedar sentados en la banca lo mire fijo. Notaba como evitaba mirarme fijo, ¿Por que lo hacia?.
-Cris...- Iba a reprocharle algo, pero preferí quedarme en silencio.
-No quiero ocupar de tu tiempo- Le comente. -Puedo regresar sola a casa...- Agregue bajando la mirada.
Mi mirada se encontró con algo que llamo mi atención y sonreí. Tome su mano derecha y lo mire.
-Que linda pulsera- Le comente.
¿Eso era una señal a que todavía no se había olvidado de mi? Bueno, ya ni sabia que pensar.
El autobús que estábamos esperando pasaba cada media hora aproximadamente y recién acababa de partir uno, por lo que teníamos un poco de tiempo antes de tener que irnos del lugar. Claro, seguramente el se quedaría.

Sonrei, casi indignada, ¿Casi? Bueno, ya no sabia que pensar y la verdad que la actitud que estaba teniendo Cris hacia mi me dolia.
Me quede unos minutos en silencio, con la mirada perdida hacia un punto cualquiera. Tal vez Cris ya se encontraba en una nueva relacion o comenzando una. Lo mire y negue intentando desaparecer aquella idea.
Sabia que habian pasado dos años desde la ultima vez que nos habiamos visto, pero aun podia sentir... sentir algo que me dejaba saber que él aun me seguia queriendo como años atras.
-Lo se...- Termine por responderle. Recordaba claramente el dia que se la habia obsequiado y saber que aun la conservaba me alegraba un poco.
Para mi sorpresa el autobus ya se encontraba doblando la esquina y en pocos segundos estaria frente de nosotros.
-Vamos en ese- Dije mirando a Cris. -¿Seguro que quieres acompañarme?- Le pregunte insistiendo. No queria meterlo en aprietos, ya que desde que me habia visto andaba como muy perdido en el resto... como si algo le preocupara.
Lo tome del brazo para evitar pisar con el pie que me había golpeado. Parecía algo menor, pero realmente el dolor era insoportable, tal vez, no tanto como otros, pero aun así lo era.
Con un poco de ayuda de Cris logre subir sin problemas al autobús y pague los dos boletos.
Me gustaba siempre ocupar los asientos del fondo. De pequeña tenia esa costumbre y él lo sabia.
-Ven, Cris- le dije tomándolo de la mano para así poderlo dirigir hacia los asientos desocupados del fondo.

Mi mente se encontraba vagando en el pasado y mi atención en el presente era mínima. Aun no podía creer todo lo que me estaba pasando, ¿Como podían cambiar tanto las cosas en solo dos años?, tal vez, era una pregunta mal formulada...¿Como podían cambiar tanto las personas en solo dos años? Esa, sin dudas, era la adecuada.
Mis ojos se cristalizaban al solo pensar en la frialdad con que sonaban las palabras de Cris, ¿Acaso lo había lastimado antes y por eso era ésto? No recordaba haberle pasado una mala jugada. No, estaba segura, que nunca le había hecho algo, pero se notaba a dientes de que él estaba molesto.
Mi mente iba a exprimir hasta el ultimo recuerdo en busca de una posible respuesta.
Me sobresalte al oírlo hablar. Tuve que mantener mi rostro inexpresivo cuando oí "Cristina", ya que de lo contrario se hubiera dado cuenta lo mucho que me molesto oír eso. Ni mis menos allegados me nombraban por mi nombre completo.
-Necesitaba hacer un cambio- Le respondí sin poder ocultar la tristeza que tenia. Tenia la necesidad de llorar y entender un poco mejor lo que estaba pasando, ya que la verdad todo parecía ajeno a mi.
-Lo se...- Respondí. Como algo automático mi mirada se desvió y con disimulo limpie la pequeña lagrima que atino a querer rodar por mi mejilla.
La situación realmente me estaba destrozando poco a poco. Estaba segura que un Crucio era menos doloroso de lo que estaba sintiendo ahora.
Lo mejor seria alejarme de el, pero cómo hacerlo. Me costaría horrores volver a estar lejos de el, pero... ¿Acaso ahora no seguía alejada de él? Si, el antiguo Cris, estaba muy lejos del que estaba en mi frente.
Lo mire y tome coraje para volver a articular palabras. -¿Sabes? Siempre pense en ti y en éste momento... en el rencuentro- Sonrei casi con aire soñador. -Pero jamas llegue a pensar que iba a ser así...- Deje las palabras sueltas en el aire. No sabia si a él le interesaba escucharme o no, siempre se había preocupado por mi, pero claramente ahora las cosas eran distintas.
-Siempre fuiste alguien a quien podía leer como a un mapa. No había cosa que no conociera de ti y eras tan predecible, pero ahora...- Di un suspiro y mire directo a sus ojos. -...eres un desconocido- Termine por decir.
Cerré los ojos y las lagrimas ya eran inaguantables. Lo amaba y por eso me dolía admitir esa verdad, ¿Por que había cambiado tanto?, ¿Por que no lograba restarle importancia a todo ésto?... preguntas que con el tiempo iban a ser contestadas.

Suspire afirmando con un simple movimiento de cabeza ante su respuesta.
Todo lo bueno tenia un fin y estaba segura que lo malo y el dolor no eran una excepción. Aferrarse a los buenos recuerdos era algo que últimamente me resultaba muy bien, pero ahí estaba el problema.. solo se trataba del pasado.
Lo mire a Cris y luego mire por la ventanilla. Aun faltaban unas pocas cuadras, pero hasta aquí había llegado yo...
Me puse de pie, ignorando por completo el dolor que me producía pisar el suelo. Toque el timbre y el autobús se detuvo.
Respire hondo y baje. El día llegaba a su fin y las calles quedaban apenas iluminadas gracias a los faroles de las casas.
No sabia qué era lo que Cris tenia en mente o qué era lo que el quería, pero al menos yo, tenia en claro que ésto era lo único que faltaba para saber de que lo mio con Cris realmente había llegado a su fin.
Yo realmente lo amaba, pero no podía hacer nada para que todo vuelva a ser como antes.
Choque contra otra una persona bruscamente y sin ánimos de seguir me senté en la banca que se encontraba a pocos pasos. Mire hacia la dirección que quedaba mi hogar y solo me faltaba una cuadra para llegar. Suspire y me acomode en el asiento.
No entendía como todo había cambiado tanto en este tiempo. Jamas había cruzado por mi mente llegar a estar sentada en una plaza de Londres ni mucho menos volver a reencontrarme en estas condiciones con Cris.

Ya nada pasaba por mi mente. Intentaba olvidar todo lo que alguna vez me había hecho vivir tan feliz y que ahora lentamente me estaba matando.
Me sobresalte al sentir como alguien me abrazaba y cuando oí aquella voz tan familiar me inmovilice. Sentí que mi corazón se encogía de la tristeza al oírlo así, pero a la vez se enloquecía por tenerlo, una vez mas, a mi lado.
Me voltee y verlo llorar me partió el alma, pero no hice mas que abrazarlo fuertemente.
-No te entiendo, Cris- Le susurre en su oído. ¿Que significaba todo lo de hace un rato? No lo entendía, pero no podía negar que estaba realmente feliz de verlo de nuevo.
-¿Sabes que te amo, verdad?- Le pregunte mirando fijo sus ojos. Quería odiarlo por haberme enamorado, por hacerme la persona mas feliz del mundo, por marcharse, por su indiferencia y porque después de todo lo seguía amando como en un principio.
Me acerque a sus labios y lo bese. No me importaba que me rechace o que vaya a reaccionar mal. Solo quería que sepa, que sintiera que mis sentimientos hacia él en verdad aun estaban.
Me separe apenas unos centímetros en espera de una reacción de su parte. No podia ni mirarlo a los ojos, ya que después de todo me apenaba haberlo besado.

Fue solo tener que oír "Yo también te amo, Cris" para que una inmensa sonrisa se dibuje en mi rostro. No tenia palabras, ni tampoco las encontraría, para poder describir la hermosa e inigualable sensación que estaba sintiendo ahora.
Sonreí al ver como brincaba la banca y me levantaba, siempre lo había hecho.
-Es allí- Le señale mi hogar. Era la segunda casa de la próxima cuadra. Me gustaba el barrio que había elegido para vivir, ya que todos eran muy buenos entre si y conmigo también.
Esta casi segura que con un simple movimiento de varita mi tobillo quedaría en excelentes condiciones, pero la idea de que Cris que me acompañe realmente me fascinaba.
-Gracias por todo, Cris- Le dije y le di un pequeño beso en su mejilla.
Lo notaba raro, bueno desde un principio estaba así y tarde o temprano tendría que enterarme el por qué.
-¿Me haría el honor de escoltarme hasta mi humilde hogar?- Brome sonriendo. Si, definitivamente no podía ocultar la felicidad que me había provocado oír aquello.

Era tan.. tan raro volver a estar a su lado. Había llegado a pensar, por mas positiva que quisiera ser, que Cris solo iba a quedar en un lindo pasado, pero ahora todo parecía ser diferente, ¿Otra vez juntos? Negué con cierta tristeza... sabia que el se estaba oponiendo a estar conmigo, ¿Por que ya no me quería?.
Notaba como miraba por todos lados en busca de alguien o algo, ¿ Huía, temía? No sabia que era lo que le pasaba, pero estaba segura que algo mas había.
-Aquí.. encuentro mas tranquilidad- Admití. Había pensado con mucho cuidado vivir o no entre muggles, pero con ellos sabia que toda mi vida iba a poder dar un giro completo, a pesar de que verdaderamente no quería eso.
-Si hubiera sabido antes que te iba a encontrarte aquí ya me hubiera mudado hace mucho tiempo...- Admití en su susurro y fijando mi mirada en el suelo. -Pero ahora dudo en seguir aquí- Aquello fue como un pequeño puñal a mi corazón. Me dolía tener que decir aquello, ya que realmente lo amaba y lo único que quería era estar con el, pero... todo no se podía dar como uno lo espera.
Cerré los ojos aferrándome mas a él. No quería que se vaya, pero tampoco podía obligarlo a que se quede... debía... debía dejarlo ir.

Todo volvía a ponerse tan malo como minutos antes, pero al menos ahora Cris no parecía tan molesto o raro.
Llegamos a mi casa y sin tardar demasiado busque las llaves en mi bolso. Aun se me era complicado no tentarme en usar la varita y momentos así, ya que antes era algo habitual, pero ahora debía de cuidar en no delatarme ante la mirada curiosa de cualquier muggle.
Quede inmóvil ante su pregunta. Me moría de ganas de saber los motivos de su partida, pero aun no sabia si eso iba a ser algo bueno o... No, no podía ser peor.
Mi hogar tenia una muy buena luminosidad, me gustaba que fuera así. Al entrar te encontrabas con una cómoda y muy bien decorada sala de estar. Me senté en uno de los sillones, aun sin atreverme a soltarlo a él.
-Si, Cris, por favor- Le respondí sin poder ocultar mi tristeza.
Saque la varita de mi bolso y apunte mi pie. Eso fue suficiente para dejar de sentir el dolor que tanto me había estado molestando.
Clave mi mirada en sus ojos. No podía creer que aquel chico, que tanto había amado y aun segia haciendo, se aya hecho un desconocido, pero aun tenia una pequeña fe a que el vuelva a ser el mismo Cris que me había enamorado.