Narcissa Andrómeda Malfoy

Nombre: Narcissa {Andrómeda} Malfoy Greengrass
Apodo: {Cissy, Nar, Malfoy}
Edad: {15} años
Fecha de Nacimiento: 15 de Mayo
Nacionalidad: Inglesa
Condición: Mago
Estatus de Sangre: Sangre Limpia
Colegio: Colegio Hogwarts de Magia Y Hechicería
Casa: Slytherin
Empleo/Club: Ajedrez Mágico
Patronus: Castor
PB: Ashley Benson

La joven Narcissa creció siendo una chica mimada y consentida por sus padres, y sobre-protegida por su padre y su hermano. Al principio era una Slytherin pura, creía que los alumnos del resto de las casas eran inferiores, que la pureza de la sangre era más que importante y todo aquello que su padre había dicho de joven cuando iba a Hogwarts, incluso fardaba de su familia y su apellido aún habiendo perdido prestigio entre las familias de magos de hoy en día.
Pero Hogwarts la hizo cambiar, puede que no completamente, pero si bastante. Ahora ya no se cree superior por su apellido y trata siempre de conseguir nuevos logros para demostrar que no es solo una cara bonita y que es capaz de valerse por si sola; lo que intenta demostrar ahora a su familia. Su madre ya lo ha comprobado y parece ser la única que cree que es capaz de cuidarse ella sola, que no necesita que la protejan tanto; pero parece que su padre y su hermano están empeñados en estar todo el día pendiente de ella, lo que la saca de sus casillas.
Con sus amigos es una chica agradable, siempre metiéndose en líos y tratando de salir airosa; generalmente lo consiguen. Le da una gran importancia a la amistad, puede que siempre esté rodeada de personas que dicen ser sus amigos; pero al final, solo las verdaderas amistades se quedaran cuando todo vaya mal, eso es lo que siempre dice su madre, por lo que se lo toma muy en serio.
A la hora de conocer personas nuevas, es una chica algo sarcástica y puede que ruda de buenas a primeras, pero si consigues ir traspasando sus barreras de una en una, puedes llegar a conocerla, solo lo que ella te deje conocer, por supuesto, ya que hace falta bastante más para llegar a ser su amigo; aunque hace falta muy poco para que vayas a la lista negra. No le importa tener enemigos, aunque no tiene muchos, ya que para ella tener un enemigo es darle importancia a alguien que realmente no la merece, por lo que tiende a ignorar a esas personas, aunque siempre queda por ahí alguien que es como una espina clavada en el pie, por lo que no tendrá piedad y tratará de hacerle la vida imposible, al fin y al cabo, esa es una forma de divertirse.
Cuando se enamora se vuelve cariñosa y protectora con esa persona, aunque en ningún momento la compromete, y si así lo hace, no es a posta. Le gustan los pequeños detalles y no pide que estén las 24 horas juntos, pero tampoco le gusta que la ignoren. Al principio se dedica a lanzar indirectas y una vez que el chico las a pillado lo deja todo al azar, que pase lo que tenga que pasar.

La pequeña Narcissa Andrómeda Malfoy es la pequeña de la familia. Nació el 15 de Mayo en el Hospital San Mungo y lleva el nombre de la madre, Narcissa, y la tía, Andrómeda, de su padre. Su infancia pasó sin ningún inconveniente, era la princesita de la casa y todos la adoraban, hasta su hermano, que en vez de gastarle bromas o esas cosas que hacen los hermanos mayores la ayudaba y protegía siempre que podía.
A sus once años llegó la tan esperada carta que anunciaba que había sido admitida en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, algo que, por supuesto, no sorprendió a nadie de la familia, pues sus padres provenían de grades familias de magos y brujas y aquella niña rubia de ojos azules no sería la excepción. Como era de esperar, el sombrero seleccionador no dudó en ponerla en Slytherin, la casa de los astutos, aquella a la que habían pertenecido sus padres y a la que pertenecía su hermano, pensaba que no podía ser más feliz, pero se equivocaba, realmente había vivido equivocada respecto a casi todo.
Hogwarts la hizo entender muchas cosas y, pese a que la rivalidad entre Gryffindors y Slytherins fue algo que llevaba marcado a fuego en su corazón, no tenía por qué menospreciar el resto de las casas y aprendió que incluso un mago nacido de muggles podía ser un gran hechicero; al parecer, Narcissa tenía la mente algo más abierta que su familia a aquellas probabilidades.
Durante su cuarto año en Hogwarts, comenzó a salir con uno de los chicos Weasley, algo que dudaba que nadie de su familia aprobaría, incluso aunque el chico estuviera en la casa de los águilas y no en la de los leones, como cabría de esperar; aún así, volvía a equivocarse, pues hubo una persona en su familia que lo aceptó sin reprocharle nada: su madre. Aunque, aún habiendo superado la prueba de la madre, Narcissa no se atrevía a contárselo a su padre, pues puede que este cada vez se llevase mejor con Harry Potter, pero de ahí a aceptar que su hija saliese con un Weasley había un mundo. Aún así, no piensa dejar que eso le afecte a su relación con Hugo y, el día que tenga que contárselo a su padre, aguantará lo que éste le diga, pero eso no cambiará el hecho de que se haya enamorado del joven Ravenclaw.