Draco Malfoy

Nombre: Draco {Lucius} Malfoy
Apodo: {Drake}
Edad: {40} años
Fecha de Nacimiento: 5/6
Nacionalidad: Inglés.
Condición: Mago.
Estatus de Sangre: Sangre Pura.
Colegio: Colegio Hogwarts de Magia Y Hechicería.
Casa: Slytherin.
Empleo/Club: Presidente del Consejo Escolar. Auror de apoyo.
Patronus: Lince.
PB: Brad Pitt.

Todos conocemos a ese Draco cobarde, asustadizo y malicioso de Hogwarts. Lo que no muchos saben es que ese Draco quedo sepultado junto a todos los otros cuerpos que perecieron en aquella mítica batalla. Aquel chico rubio y cruel dio paso a un hombre fuerte, seguro de sí mismo, leal y valiente. ¿Contrasta? Puede que demasiado, pero él ya no teme por el qué dirán; ya no juzga a los hijos de muggles y ya no va escondiéndose detrás de matones.

Draco –Drake- ya no es un asqueroso prejuicioso. Ha dejado los rencores de lado y ha decidido serle útil al mundo; quiere lo mejor para todos los que lo rodean y aprende cada día algo nuevo.

Muchos lo juzgan, creen que su actitud es solo una fachada, lo recelan y recuerdan aquella horrible marca que lleva en su antebrazo izquierdo. Sin embargo, al rubio no le desagrada su marca, le dice que creció como persona. Cuando era joven, siempre que recaía en los temores, que se dejaba llevar por los prejuicios, o que le salía esa crueldad innata impuesta por su padre solo le bastaba una rápida mirada a la calavera para saber que debía ser fuerte.

Sí, Draco ha cambiado y muchos lo juzgan por eso, pero a él ya no le importa; sabe que eso sucede porque lo tiene merecido en parte, y sabe sobre todas las cosas que quienes están con él, lo hacen por lo que en verdad es, y no por lo que alguna vez quiso parecer.

Ama a sus hijos, a su esposa y a su madre más que a nada, y haría lo que fuese por ellos. Ha comenzado una amistad con Harry Potter y pese a que Astoria cree que no es lo más “adecuado” sabe que puede confiar en “ese Potter” (esta vez con tono amistoso) en cualquier situación.

Creo que todos conocen su historia. Al menos hasta la parte de la batalla en la que el innombrable pereció. Sin embargo muy pocos son los que conocen el después. Y es que aquella noche en el Gran Comedor, rodeado de gente que sufría, festejaba y que había luchado por lo que más quería hizo un “click” en él. Uno de esos que no tienen vuelta atrás.

Son muy pocos los que saben que esa noche de regreso a su casa, Draco discutió a “grito pelado” con su padre mientras la rubia de los Black los miraba sin decir una palabra. Y es que ella sabía que las palabras de Draco, esas que aún le resonaban en la cabeza (“Deja esa mierda de la sangre pura que la de todos es del mismo color” o “Una guerra por algo que todos poseen y que muchos merecerían más que tú o que yo es una estupidez”) eran la más pura verdad “tan pura como mi sangre” fue el irónico pensamiento de Narcissa, mientras la pequeña semilla del orgullo crecía más y más por su hijo.

Y Draco sabe que esa noche fue la que realmente cambió todo, porque cuando vió a Narcissa levantarse en contra de Lucius y pedirle que se retire de su casa supo que ya no había vuelta atrás, y realmente le gustaba que no hubiera.

Nunca más supo de su padre, pero poco le importaba. Él creció, él cambió. Ese mismo año, en toda la revuelta y el caos producido; él se metió para estudiar como auror. Merlín sabe cuánto le costó enfrentar su miedo, valerse por sí mismo y sobresalir y amar lo que hacía. Merlín sabe cuánto le costaba mirar a Harry Potter cuando se encontraban en el entrenamiento, y Merlín también sabe lo mucho que le costó superar los celos al joven Malfoy cuando “Potter” (sí, así con ese tono despectivo que siempre usó contra él) se graduó mucho más pronto de lo esperado; sin embargo Draco sabía que lo tenía merecido, y quizá eso lo impulsó a superarse un poquito más y a acallar los rencores.

Dracó se recibió, pero no empezó a trabajar en ese mismo momento, decidió viajar. Viajó, recorrió y visitó todos los rincones del mundo (y no solo los rincones mágicos) Draco aprendió un poco de todo, y fue una noche perdida en Francia cuando se reencontró con Astoria. Esa niña que siempre lo miró con una mezcla de admiración y recelo se había convertido en una hermosa mujer. No tardaron en enamorarse, regresaron a Inglaterra y al poco tiempo se casaron.

Con el nacimiento de Scorpius, Draco supo que no podía meterse de lleno a Auror y se dedicó al campo de la educación. Escalando posiciones, moviéndose con agilidad e inteligencia, antes de que naciese la pequeña Narcissa, Draco ya era jefe del consejo estudiantil. Puede que en esto haya seguido los pasos de su padre, pero cuando donaba dinero o promovía mejoras no era por mantener una fachada. Lo hacía de corazón.

Aquel 1 de Septiembre en el que su hijo entró a Hogwarts fue la primera vez que se cruzó nuevamente con “El niño que vivió” y desde ese momento, poco a poco, paso a paso han estado entablando una amistad. Puede que muchos miren con mala cara esa relación, hablen de conspiraciones, hechizos y fachadas. Draco, lo ve como la prueba definitiva de que CRECIÓ.